Francamente temía que pudiera ser un producto mediático, una de esas imágenes elaboradas por los multimedios aprovechando el contexto comercial de la noticia. Lo que pasa con estos productos efímeros es que cuando uno los ve personalmente, interactúa con ellos, viene la decepción lógica del fraude.
Con estos conceptos, pero con la onda esperanza de ver la creación de una entidad gremial que nos represente, asistí a la reunión convocada en los Bomberos para crear una delegación local de la Federación Agraria Argentina y, de paso, escuchar al hombre del momento: Alfredo De Angelis.
Claro, en los momentos previos a la charla el hombre estaba asediado por los medios locales a los que atendía con sencillez, como lo vimos por la tele, cantando su justa, sin muchas vueltas, hasta que empezó la reunión. De chaleco, igual que cuando lo metieron en el camión de gendarmería, y con esos modos que lo caracterizan, se sentó en el medio de la mesa.
La presentación estuvo a su cargo, secundado por Alfredo Bel, un colega de Mansilla a cargo de la Regional Norte de Santa Fe y lo muchachos locales impulsores de la idea.
Don De Angelis realizó una introducción, con reseña histórica y todo, le pasó la palabra a Bel, y así, muy tranquilo, transcurrió el inicio del encuentro constantemente invitando a los presentes a participar.
Pero fue cuando uno del fondo pidió la palabra que De Angelis pidió permiso para pararse, respondió la pregunta y comenzó a descargar todo su genio y pasión.
Genio y pasión al servicio de la motivación que transformaría con el correr de los minutos el semblante de la paisanada presente.
Esgrimió un ”La política es demasiado importante para dejarla en las manos de los políticos” para explicar porque somos todos responsables de lo ocurrido y exhortarnos a participar.
“Y tiene razón el hombre, por cómodos les dejamos la batuta,” comentó unos de los presentes “hay que aceptar que desde la señora presidenta hasta nuestro intendente están puestos por nosotros mismos” terminó.
Después, con sus modos explícitos, De Angelis nos contó que no es solo la 125 la generadora de tamaño problema, sino que una serie de medidas terminaron colmando la paciencia del pueblo y sus instituciones, como lo de la leche, la ganadería, la política de no tener políticas.
Siguió con la intimación de “O hacemos gremialismo o nos acostumbramos a perder” dejando bien en claro que sino participamos otros participan, que entonces no nos quejemos, que “la política no es mala, que los malos son los hombres, que hay que hacer política o hacer gremialismo para que no nos pase esto otra vez”, que lo importante es la unión y la acción conjunta.
Con respecto a esto último escuche a alguien decir después que “las instituciones no son clubes sociales donde figurar, debatir como práctica oratoria y volver a la comodidad de nuestras casas, hay que comprometerse y tener una participación activa.”
A esta altura a todos los presentes nos quedó claro que Alfredo De Angelis NO era un producto mediático sino alguien común y sencillo, alguien como Cobos talvez, alguien que tiene fe en las instituciones y que está convencido de que la participación y el compromiso son las herramientas para crear el país que muchos queremos.
En este contexto rompió el aplauso que dio lugar a una serie de preguntas institucionales para cerrar con la invitación de Federico Bur a llenar los formularios y acompañarlos en la creación de la Federación Agraria Argentina de Gualeguay.
Busqué la oportunidad de saludar y agradecer a los responsables del encuentro y de estrechar la mano de Alfredo De Angelis y me fui caminando unas cuadras en la noche fría, eran las nueve y pico.
Francamente me sentí satisfecho y con renovadas esperanzas. Espero que el resto de los presentes sienta lo misma y eso nos impulse, en el futuro inmediato, a comprometernos y participar activamente.
